GENERALIDADES
La hipnosis es un “sueño artificial” logrado mediante influjo personal, o por ciertos aparatos. Es una condición fisiológica en la cual todas las personas pueden ser inducidas a mostrar diferencias en su pensamiento y conducta, donde los distintos grados de sugestibilidad y sentimientos subjetivos, hacen que la hipnosis funcione de formas distintas entre las personas.
Entre las distintas teorías sobre el funcionamiento de la hipnosis, aparecen las teorías de disociación y neodisociación (la hipnosis como resultado de la separación de algunos componentes de la conciencia) y la teoría de la construcción social o del rol (sugiere que los individuos adquieren un rol y le permiten al hipnotizador crear una realidad para ellos). La teoría de la hiper-sugestibilidad, por otra parte, afirma que, como la atención del sujeto se estrecha, las palabras del hipnotizador se imponen sobre su voz interior. Por eso, la hipnosis sólo funcionaría con las mentes que son sugestionables. La teoría informacional considera que, al aumentar la capacidad de recepción de un sujeto, los mensajes se reciben con mayor claridad.
Ahora, es bien sabido de que la hipnosis al ser utilizada como espectáculo ha hecho que surjan en su concepto una serie de mitos que hay que desmontar. Lynn y Kisrch (2004), enlista una serie de conocimientos científicos que se tienen sobre la hipnosis, como:
La habilidad para experimentar los fenómenos hipnóticos no indica credulidad o debilidad mental
La hipnosis no está relacionada con el sueño. Existe la hipnosis despierta en la que el profesor, Capafons, es uno de los investigadores más activos en la actualidad.
La sugestionabilidad hipnótica depende más del esfuerzo y de la habilidad del sujeto que de las habilidades del hipnotizador.
Las personas retienen la capacidad de controlar sus conductas durante la hipnosis, son conscientes de su alrededor y pueden observar los sucesos que ocurren fuera del marco de las sugestiones.
La amnesia espontánea posthipnótica es relativamente poco frecuente.
Se puede responder a las sugestiones con y sin hipnosis, y la función de una inducción hipnótica es meramente la de incrementar la sugestionabilidad, aunque muy sucintamente.
La hipnosis no es un procedimiento peligroso cuando la practican clínicos e investigadores cualificados.
La mayoría de los sujetos hipnotizados no están simulando ni simplemente acatando (complying) las sugestiones.
La hipnosis no fomenta que se re-experimenten, de forma literal, los sucesos de la infancia.
Diversos especialistas han analizado el vínculo entre la hipnosis y el dolor; Pierre Rainville, por ejemplo, demostró que un estímulo de la misma intensidad física no es recibido de la misma manera por un sujeto en condiciones normales y un individuo bajo hipnosis.
Por otro lado, los estudios que analizaron el vínculo entre hipnosis y memoria, reflejaron que la hipnosis multiplica la capacidad de recordar con precisión.
LA SUGESTIÓN
La sugestión es un estado psíquico provocado en el cual un individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas y deja de experimentar lo que se le indica que no sienta. Existen dos formas de producir este estado: • Hipnosis, y • Autoridad (y tal vez una tercera aún no clasificada adecuadamente como la • autohipnosis por meditación, que sólo se logra con auto concentración y entrega).
La sugestión por hipnosis puede ser una herramienta eficaz como tratamiento, para erradicar hábitos nocivos y también para el tratamiento de las fobias. Como la mayoría de las personas pueden ser hipnotizadas, pueden llegar a un estado de trance saludable en su beneficio. Este estado se logra cuando se puede concentrar la atención en un objeto y se logra perder la atención periférica, desapareciendo en este estado, la inhibición y el juicio crítico. Se explica sencillamente porque todos tendemos a concentrar la atención frente a estímulos repetitivos, por ejemplo, cuando estamos absortos: logramos la concentración necesaria para caer en un estado de trance (viendo por ejemplo, la televisión). Otro ejemplo es la hipnosis de carretera, que se produce cuando manejamos un vehículo en línea recta por largo tiempo.
Durante el estado hipnótico la percepción cambia y es dirigida para ver cosas que no existen o para ver la realidad diferente. Sin embargo, la sugestión no es pasiva: la evidencia indica que los hipnotizados “eligen” concentrarse, se entregan y están más dispuestos. Por tanto, durante el estado de hipnosis no se corrigen los errores, el cerebro está consciente pero hay una parte del mismo que no le importa. Es aquí que la fe y la creencia juegan un papel importante, de tal forma que se le puede enseñar a un paciente a anestesiar una parte de su cuerpo para practicarle una operación quirúrgica (por ejemplo: concentrándose en mantener la boca húmeda).
De modo que, si el cerebro es como una computadora, podemos re-programarle con nuestro pensamiento porque el poder de la sugestión permite que el cerebro decida como interpretar las sensaciones. Así, el dolor, bajo hipnosis se interpreta diferente porque el cerebro puede disociarse para no sentirlo. Experimentos con ultrasonido contra el dolor de muelas comprobaron que el grupo al cual se le hacía la aplicación con el aparato desconectado también dejó de sentir dolor e inclusive mejoró de la inflamación. La salud física en general puede ser afectada por sugestión según lo que pensamos o creemos; seguramente recordará usted el efecto placebo.
La sugestión bajo hipnosis permite que los testigos pueden recordar nombres de personas y lugares que habían olvidado. Pero también bajo hipnosis se pueden implantar recuerdos, induciendo a recordar cosas no vividas propuestas por el hipnotizador (a veces por el mismo sujeto, razón por la que aún no se valora tanto en los tribunales).
Ahora, un claro ejemplo de la sugestión basada en la autoridad, es la que se utiliza con fines bélicos. Las fuerzas armadas pueden reorganizar la mente de los soldados y convencerlos que están haciendo lo correcto, sea o no cierto. Lo mismo que las sectas religiosas o de mercadotecnia, con sus métodos de disuasión atraen mucha gente; cambiando sus mentes, se quedan con su dinero y los convencen para que hagan lo que ellos quieran, como y cuando sea de beneficio para aquellas.
Donde se ha comprobado metodológicamente que la hipnosis funciona es en:
Aplicaciones médicas: Analgesia, anestesia, dermatología (verrugas, irritaciones y otros problemas de la piel), facilitación de curaciones, tinitus, fibromialgia, práctica forense, etc.
Adicciones: en general.
Cáncer: Para hacer los tratamientos más efectivos. En combinación con otras técnicas, se logran remisiones.
Control del dolor: Enfermedades terminales, dolor crónico, preparación para el parto natural, odontología.
Control de hábitos: Conductas sobre alimentación, comerse la uñas, fumar cigarrillos.
Dejar de fumar: Con rapidez y en forma permanente.
Depresión: Superarla en corto tiempo.
Desempeño: Música, deportes, hablar en público, etc.
Disfunciones sexuales: Inhibiciones, anorgasmia, eyaculación prematura, impotencia, incremento del placer, etc.
Insomnio: En general.
Preparación para intervenciones quirúrgicas: Menos sangramiento, recuperación más rápida, reducción o eliminación de los efectos desagradables de la anestesia.
Bajar de peso: Control de dieta, desórdenes de la comida, metabolismo, etc.
En conclusión, la sugestión hipnótica clínica nos permite acceder a los recovecos de la subconsciencia donde podría iniciar el padecimiento físico y removerlo desde esa cavidad oscura para el beneficio de casi, cualquier persona. Sabemos que es muy ambiguo e incluso, poco profesional el término “alma”. Sin embargo nos quedaremos con él porque bien podría ser esa totalidad que incluye consciencia y subconsciencia, materia de nuestra labor terapéutica dispuesta a ser sanada.
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Compilación, terapeuta: Luz Lizardi
Corrección, terapeuta: Mario Payán
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